Ayer desperté recordando un sueño extraño, quizas por la película "The Raspberry Reich" qué vi la noche anterior. En mi sueño, yo era el protagonista, era secuestrado y tenía sexo con todo el mundo. Anoche fue un día frío. Talvez solo para mí. Ahora tengo frío.
Solía pensar que nadie que me hiera podría merecer una segunda oportunidad. Anoche mientras caminaba por las calles iluminadas y frías sentí un cosquilleo. Pensé en él.
El ruido de los autos que pasaban lentos por el tráfico no me distraía. Deseaba que él me hubiera esperado al salir de clases. Pienso en él todo el tiempo.
Tenía un nuevo mensaje en el móvil. Era él diciendo que me amaba, se esmera en decirlo a cada momento desde el día en que volvimos a estar juntos. Yo también se lo digo. No miento, pero a veces siento que decirlo tanto hace que pierda sentido.
Iba a tomar el transporte hacia mi casa pero decidí esperar por alguien más, un amigo que no ha dejado de ser mi amigo a pesar de un encuentro sexual. Me sentí un libertino, he tenido sexo con dos chicos al mismo tiempo en que enviaba mensajes de texto a él diciéndole "Te amo".
"El sexo y el amor son cosas distintas", me dije. Compré una raspadilla de Maracuyá y Fresa, me pareció una combinación exótica y me fui a mi casa.
Aún estoy herido, despecho... es eso.
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